Jannet Weeber nos lleva con sus versos a sentarnos en medio de una urbe vacía, silenciosa, y, fundido el cuerpo con el entorno, a tratar de escuchar el lenguaje, la voz natural. En este Paisaje suspendido la única semilla es la palabra.
Maribel Andrés Llamero.
Un libro onírico y embriagador, que nos sumerge en un paisaje tan suspendido como sostenido. En palabras de Álvaro Mutis, la poesía de Weeber es una fiebre que atrae el canto de un pájaro andrógino. Un verdadero descubrimiento.
Dimas Prychyslyy.