En la autoexigente propuesta del escritor donostiarra hay una innegable vocación de fidelidad. El itinerario se configura con la convicción de que la experiencia estética es rama desgajada del periplo vital; comparte emociones y otorga intensidad al mostrar con franqueza un entramado de motivos y contextos variables en los que casi siempre es epicentro la pequeña historia de lo diario, el cúmulo de vivencias personales desperdigado en el presente.
José Luis Morante.