En el principio fue el verso. Cuando el niño aprende a leer, un código secreto se le revela. Cuando alguien se acerca por primera vez a la poesía, un canto inesperado lo deslumbra. En el aprendizaje constante que constituye el hecho de ser hombre, la poesía potencia nuestros sentidos y enriquece nuestra inteligencia, es la mejor herencia que podemos dejarnos a nosotros mismos. Con ella conocemos y por ella nos reconocemos. Con la poesía las emociones se abren a la luz.
Con poemas de Juan Ramón Jiménez, Aquilino Duque, María Victoria Atencia, Mauricio Wiesenthal, Francisco Bejarano, Antonio Colinas, Miguel D´ors, Eloy Sánchez Rosillo, Javier Salvago, Luis Alberto de Cuenca, Andrés Trapiello, Julio Martínez Mesanza, José Julio Cabanillas, Pedro Sevilla, Felipe Benítez Reyes, Vicente Valero y José Luis Piquero.