El río de mis ojos (Antología poética 1963-2013)

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SKU: 978-84-15593-99-7 Categoría:

Detalles

Colección

Arrecifes

Medidas

145×215

Páginas

212

ISBN

978-84-15593-99-7

Año de edición

2014

Sobre el autor

Ángel García López

Ángel García López

Ángel García López (Rota, 29 de marzo de 1935), es un poeta con una extensa obra lírica que contempla los más diversos subgéneros y que se distingue por una bella forma clásica y ortodoxa que dialoga con lo contemporáneo.
Pertenece al llamado "Grupo Poético del Sesenta", pero su ya larga trayectoria lo convierte en un crisol de estéticas diversas que siempre destacan por el rigor formal y la personal investigación de los aspectos rítmicos y lingüísticos. Muchos de sus poemas se encuentran traducidos a más de seis idiomas.
Más de cincuenta años de poesía que comenzó con "Emilia es la canción" (1963) y prosiguió, entre otros títulos, con "Tierra de nadie" (1968), "Retrato respirable en un desván" (1973), "Mester Andalusí" (1977), "Trasmundo" (1980), "Territorios del puma" (Premio Ciudad de Melilla, 1991), "Glosolalia" (Premio Ciudad de Salamanca, 1997), "Bestiario" (2000), "Mitologías" (Premio Generación del 27, 1999), "Son(i)etos a Pablo" (2003), o "Universo sonámbulo" (Premio Villa de Rota, 2005). También ha conseguido el Premio Andalucía de la Crítica de Poesía 2013 por su libro "Posdata" (2012) así como el Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez en 1988, Francisco de Quevedo en 1995 y el XXV Premio de Poesía 'Cáceres, Patrimonio de la Humanidad' con "Desde la orilla" (2013).

Edición y prólogo de Tomás Rodríguez Reyes, epílogo de José Jurado Morales. Texto de la contraportada de Ángel L. Prieto de Paula.

En más de cincuenta años de creación, Ángel García López ha atravesado casi todas las estancias de la poesía: de la exultación amorosa al lamento existencial, de la gracia cancioneril a la sátira de costumbres, de la espesura simbólica o el turbión irracionalista al aforismo moral. Una escritura tan a lo largo le ha permitido visitar casi todas las habitaciones de la métrica: sonetos, coplas, alejandrinos blancos, versículos en oleadas discontinuas y, cuando el sentimiento ya no puede someterse a cauce, extensos trancos en prosa que respiran al ritmo del nomon y la péndola.

Su admirable maestría métrica, su honda sensibilidad y versatilidad retórica lo han convertido tanto en un manierista escapado de los siglos áureos como en un poeta de este tiempo con una esencial identidad: un estuario en el que desembocan los cursos poéticos más valiosos y donde se resuelve la historia de la alta poesía.