(Thick as a brick), 8-4-98.
Ya sé que no recuerdas esta escena hoy. Yo escuchaba una música muy triste, y tú apenas cuatro años, pintabas monigotes.
Te miraba, alzaste la cabeza y me ofreciste, sin palabras, la sonrisa más pura con que pudieras celebrar la vida. Se velaron entonces de lágrimas mis ojos pues supe que en aquel mismo momento se cifraba y se desvanecía eso que buscarás y habrás perdido.
Ya sé que no recuerdas, pero no olvides que hubo un tiempo donde tu padre quiso guardarte una sonrisa para que a ella vuelvas cuando sufras.