Álvaro Petit demuestra en este libro que la reflexión sobre los temas eternos, siempre que se hable desde la verdad, como en este caso, es la mejor guía para explorar las zonas desconocidas de nuestras almas. Quizá, desde la posguerra española y algunas de sus obras más significativas, y ya ha pasado mucho tiempo, no se abordaba de manera tan absoluta el tema de la muerte.
Julio Martínez Mesanza