Antoni Lange (Varsovia, 1862-1929), autor de la primera generación del movimiento conocido como «La Joven Polonia», vivió el despertar de las nuevas sensibilidades estéticas que, de la mano del simbolismo y del parnasianismo, revolucionaron en el cambio de siglo las artes y literaturas europeas. Admirador y amigo de Stéphane Mallarmé, él mismo fue un erudito e incansable traductor de múltiples idiomas, y de su mano vieron la luz por primera vez en polaco algunos clásicos de la poesía española, francesa, inglesa e incluso india y egipcia. Compartía la afición de otros poetas decadentes por el esoterismo occidental y fue uno de los primeros seguidores en Polonia de la doctrina espiritista de Allan Kardec. Fue autor de poemas, novelas, relatos, obras de teatro y ensayos muy diversos, en los que queda huella de lo genuino de su talento y sus intereses.